martes, 11 de febrero de 2014

Tras la tormenta Capitulo 2

Capitulo 2. Chico Mentiroso


Lo había visto cuando se comenzó a acercar a la zona de bares, quizás no estaba en sus cabales, nadie con ese aspecto de niño lindo y sin compañía se atrevería a pasar por la zona y menos aun con todos aquellos tipejos que estaban por allí.
Hoy había quedado de verme con unos amigos, llevábamos años frecuentando el lugar y bueno, luego de tantas riñas que se formaban y de las cuales siempre salíamos triunfantes, nos hicimos acreedores de cierta fama de matones, como decían por allí, aunque no disfrutaba de ello, pero serbia para que no nos involucraran en sus pleitos ya que nadie se atrevía a meterse con el grupo de bandoleros “Super Junior” o ‘’Suju’’ como se referían a nosotros.
Me acerque más, llegando a la zona donde se dejan las motos, estacione la mía y me quede ahí un rato viendo a lo lejos lo que pasaba, al pobre chico lo habían rodeado e impidiendo que siguiera su camino, aunque realmente no sabía si tenía uno o si sabía por dónde iba. Eran ocho hombres, algunos más altos y fornidos que otros, pero sin duda el estaría atemorizado de ellos.
La escena se iba complicando para él pues uno de ellos lo tomo bruscamente y lo jalo hacia él, solo así pude ver su rostro de perfil, tenía un rostro algo infantil pero se veía tan jodidamente lindo. Un sentimiento de querer rescatarlo me hizo apagar la moto y bajar de ella. Camine lo más rápido que pude y bueno, saque provecho de mi mala fama.
- Vamos, ¿estás bromeando verdad? Ese chico viene conmigo, así que suéltalo de una vez- Vi el miedo infundido en su rostro, en verdad quería salvarlo.
- Claro que no, ¿tu quien te crees que eres?
- JA- ¿Es enserio? Al tipo este no lo había visto antes por aquí –Parece que eres nuevo por aquí
- Vamos Hyung, haz lo que dice y suéltalo
- Incluso ese sabe quien soy
- Mmm… ¿Y qué pasa si no quiero soltarlo?
Me estaba retando, los otros hombres habían retrocedido pero este parecía no querer ceder por las buenas, no quería armar un lio - ¿En verdad quieres saberlo?... Bueno, qué más da, es bajo tu propio riesgo, luego no digas que no te advertí- Y le solté un buen golpe con una mano directo a la cara mientras con la otra tomaba al chico para que no callera junto a él -Te lo advertí
- ¡Esto no se quedara así! –Grito y se levanto para intentar golpearme supongo que no fue lo demasiado rápido pues pude verlo a tiempo para lograr soltar al pequeño empujándolo un poco y para devolverle el golpe acertando directo a su estomago.
- Creo que no lo has entendido, esto se acaba aquí, ¡Entendiste! – Me estaba sacando de mis cabales y la situación me estaba fastidiando ya
Sin esperar a que me diera una respuesta y aunque lo hubiera hecho dudo que la hubiera podido dar, me acerque al pequeño, lo tome de una mano y lo jale arrastrándolo lejos de la escena, vi a HyukJae que llegaba junto a Donghae, KangIn,  Siwon y Kyuhyun, sin detenerme a hacerles caso fui directo a mi moto, la puse en marcha y cierto niño se quedo a un lado, al parecer yo mismo le daba miedo, lo supe en cuando vi su expresión temerosa.
- Vamos sube, no te hare daño, si quisiera hacerlo no te hubiera salvado de aquellos hombres y me les hubiera unido – Decía la verdad
- Yo…- Si, era tal como lo había sospechado, pero poco a poco sus hombros se relajaron y quito esa expresión que traía aunque no del todo. Subió detrás de mí y le coloque el casco extra que siempre traía cuando salía a beber con mis amigos pues no faltaba quien se pusiera tan ebrio que no podria regresar a casa solo o que al llegar su novio lo sacara de casa a patadas. Gire y tome sus manos y las coloque alrededor mío, arranque la moto y partimos del lugar.

Pronto la velocidad comenzó a apoderarse de mí, me gustaba de vez en cuando salir por las noches pues a estas horas no hay tanta gente transitando y podía subir un poco más la velocidad, la lluvia que hace rato se había detenido volvió a hacerse presente, baje la velocidad pues no quería causar un accidente, llegamos a un pequeño parque que solo estaba iluminado por unas cuantas farolas, pare la moto y me di cuenta de que estábamos cerca de Gangman, no muy lejos ya del edificio donde vivo, me quite el casco y me voltee hacia mi pequeño acompañante.
- ¿Quieres que te lleve a algún lugar?
- Eso…amm…yo…aquí me quedare, puedo estar solo desde aquí
- Vamos, yo te llevo- seguí insistiendo, había algo en él y no estaba seguro de que me estuviera diciendo la verdad
- Gracias, pero no quiero incomodarte
- No seas tímido, después de todo te he traído hasta aquí sin siquiera preguntarte nada
Se levanto y se quito el casco
- Ten, gracias, pero enserio no quiero seguir siendo una molestia, me salvaste de aquellos hombres y con eso es suficiente
-  Mmm…ok, no me convences del todo, pero está bien
-  Gracias
Puse otra vez en marcha la moto
- Tu nombre
- ¿Mmm?
- ¿Cuál es tu nombre?
- Ryeo…Ryeowook
- El mío es Joon Woon, espero vernos pronto
Y arranque de nuevo, no acelere demasiado, me aseguraría de que no lo volvieran a atacar, sentía que ese era mi deber, me aleje un poco más, quizás le daría la vuelta a la cuadra y regresaría. Así lo hice, aumente un poco la velocidad y no pasaron más de cinco minutos cuando volví a llegar al mismo lugar donde lo deje.  Aparque en donde hace un momento y apague el motor, me baje de la moto y me recargue en ella, observaría de lejos, lo visualice entre la obscuridad y vi como comenzaba a caminar, poco a poco se alejaba, como si no quisiera llegar o como si no tuviera a donde ir.
Sus hombros subían y bajaban, es como si estuviese llorando, comencé a caminar despacio y lo seguí, sus sollozos se escuchaban a pesar del ruido que hacia la lluvia. Pronto se escucho un el trueno de un rayo en el cielo y él se estremeció tanto que se quedo estático y comenzó a temblar y llorar aun más fuerte. Me acerque a él y lo abrace por detrás, no sabía que me había ha orillado a hacerlo, pero quería reconfrontarlo, que se sintiera seguro y que ya no llorara mas
- Eres un mentiroso, no tienes a dónde ir, ¿cierto?
-Yo…no…- Y su voz se quebró, seguía llorando, lo voltee hacia mí y lo pegue lo mas que pude contra mi cuerpo para lo seguí abrazando, parecía un niño chiquito y la necesidad de cuidarlo y protegerlo crecía mas y mas.
Para cuando hubo parado un poco la lluvia y sus sollozos se volvieron casi nulos, lo aleje un poco de mi, con la mano le limpie un poco las mejillas aunque poco pude hacer pues estábamos empapados a más no poder.
-No vivo muy lejos, te llevaré a mi casa y allí podremos cambiarnos de ropa o cogeremos un resfriado de los mil demonios si seguimos así.
-Pero…yo…
-Nada de peros, pequeño mentiroso, vamos, anda, camina- Le dije mientras comenzaba a jalarlo de un brazo en dirección a donde había dejado mi moto.
Subimos a la moto y comenzamos el viaje, como había dicho, no estaba muy lejos y tardamos nada en llegar.
Hice pasar a Ryeowook y me dirigí al baño por unas toallas y a mi cuarto por una muda de ropa seca para darle.
Me acerque a él, que seguía en la entrada, pensativo y dudoso, se veía tierno con sus mejillas y la nariz sonrojadas por el frío. Tome una de las toallas que traía y la desdoble para ponérsela sobre la cabeza.
-Vamos, entra y sécate, el baño esta por ahí – dije mientras le señalaba donde con mi mano. Caminó como si no quisiera llegar – ¡Ah! Por cierto, ten, te quedara un poco grande, supongo, pero te puede servir mientras conseguimos algo de tu talla – Me acerque y le tendí la muda que traía en mis manos.
Cuando lo vi entrar al baño, me dirigí de nuevo a mi cuarto a hacer lo mismo, me seque lo más rápido posible y me puse la pijama que a diario usaba, luego fui al cuarto que estaba a un lado del mío, el cual siempre tenía disponible, pues en ocasiones mi hermano venia a pasar unos días conmigo o alojaba los demás chicos las noches que se pasaban de copas y no regresaban a su casa. Lo arregle un poco y quite las cosas que estaban encima de la cama, no era la gran cosa que había hecho pero por lo menos se veía decente, ya mañana haría algo mejor. Pero por ahora teníamos que descansar, bueno al menos yo, que sigo estudiando la universidad y mañana tendría que levantarme temprano. Cuando salí del cuarto Ryeowook aun no salía del baño, espere un poco más a que saliera, pero pasaron varios minutos sin resultado alguno.
-Ryeowook, ¿Estás bien? – Le pregunte acercándome a tocar la puerta, pero no obtuve respuesta, le volví a preguntar varias veces pero en todas era lo mismo – Ryeowook, voy a entrar – Dije finalmente y abrí la puerta llevándome una sorpresa, el pequeño estaba tirado en el suelo, al principio creí lo peor, pero en cuanto me acerque vi como respiraba entre cortadamente por el llanto. Intente moverlo, pero se había quedado dormido y para nada que se despertara, suerte era que se había cambiado de ropa por sí mismo y no tendría que hacerlo todo yo con él estando dormido. Lo alce con cuidado y lo cargue estilo princesa, el pequeño era tan  ligero como una pluma y en mis brazos lo sentía tan delicado y frágil, como si en cualquier momento fuera a romperse, lo deposite en la cama y lo cubrí con las mantas. Me quede mirándolo por un momento y luego me dirigí a la puerta, lo dejaría descansar y yo haría lo mismo, mañana seria un largo día.

Tras la Tormenta Capitulo 1

Nombre del Fic: "Tras la Tormenta"
Nombre de la autora: Hyo Byung
Tipo o genero: yaoi, drama, romántico y un poco de suspenso 
Duración: Indefinida
Advertencia: Lemon
Personajes: YeWook y mención de otras couples  



Capitulo 1. Prologo

Era de noche, en verdad hacia mucho frió. El viento que soplaba, junto las gotas de lluvia que comenzaban a caer hacían que mi cuerpo se estremeciera.

Caminaba sin rumbo, apenas y había podido empacar una mochila con algo de ropa y ¿dinero? Nada de eso, es mas ni siquiera hubiera podido traer algo, después de todo ese era el principal motivo por el cual me habían echado a la calle, ahora no sabía a dónde ir, es más, no tenía ni a donde ir ni como pagar. Llevaba tres noches con esta resguardándome de la lluvia bajos los techos sobresalientes de las casas y durmiendo en algún callejón.

Ya nada podía ser peor me decía a mi mismo e intentaba convencerme de ello, ya no tenía un hogar, ni familia a la cual recurrir pues mis padres habían decidido marcharse sin dejar rastro alguno y me habían abandonado con todas sus malditas deudas, ni una nota, nada, simplemente se esfumaron, así que si, ya nada podía ser peor.

Seguí caminando, la lluvia no dejaba de caer desde hace ya un buen rato y poco a poco comenzaba a caer más fuerte. Pronto la tristeza de mi corazón contenida por tanto tiempo comenzó a inundar mis ojos haciendo que lagrimas cayeran de ellos combinándose con el agua de lluvia.

Y así seguí caminando hasta que mi llanto se convirtió en sollozos y luego poco a poco me fui calmando al igual que la lluvia que parecía lloraba conmigo, mas tarde en darme cuenta de donde estaba que el hacer entrar en razón mi mente, pero ya no quería de razones, me encontraba en una de las calles más peligrosas, había bares al fondo y bandidos saliendo y entrando de estos, cualquiera en un sano juicio saldría corriendo del lugar, pero ya no estaba para ello, mi mente de perdía y para alguien como yo, alguien que ya no tenía nada que perder, salir corriendo del aquel lugar ya no era una opción. Así que cegado por la desdicha seguí mi curso, camine con paso nervioso sí, pero estaba decidido a no regresar, pronto las siluetas de aquellos hombres se volvieron más nítidas y podía visualizar a cada uno, podrían ser incluso más de diez hombres los que charlaban alegóricamente, mas aquellos que entraban o salían del lugar, cuando me acerque más dude en seguir pero definitivamente aunque ahora quisiera correr, aquella opción se había vuelto completamente nula, seguí caminando ahora con paso lento, esta sería una muerte segura o algo todavía peor, puse mi mente en blanco y cuando varios de ellos se acercaron realmente quedo en ese color.

-          Vaya, vaya, miren quien nos vino a visitar - dijo uno de ellos acercándose cada vez más a mi

-          Un niño bonito por cierto - le contesto otro que se encontraba tras el anterior

-          Nada mal – silencio - Y dime ¿Qué es lo que haces por estos rumbos? Digo, claro, si se puede saber

-          -… -

-          ¡Uh! Parece que le han cortado la lengua

-          Sí, eso creo

Poco a poco comenzaron a acortar nuestras distancias y otros tres hombres se dieron cuenta de la situación que había, tenía que pensar, aunque claro eso es lo que debí haber hecho antes de seguir caminando, pero bueno, ya estaba aquí y si no hacía nada, algo muy malo podría pasar…

-          Solo…déjenme pasar – Hable con voz decidida

-          ¡huy! El niño se está poniendo rudo

-          ¡Jajaja! -  varios de ellos soltaron una carcajada

-          ¡Cállense! – Y tan pronto grito sentí como el hombre más alto y fornido me jalaba del brazo y me tomaba por el mentón con la otra - ¡¿Tu quien te crees mocoso para alzarme la voz de esa forma?! ¡¿Eh?! ¡Responde!

Oh, mala idea la mía, los agarres que tenía en mi brazo y en mi cara se hacían cada vez mas apretados y dolían

-          Yo…- Mi voz comenzó a temblar

-          Vamos, ¿estás bromeando verdad? Ese chico viene conmigo, así que suéltalo de una vez- Al momento que escuche esa nueva voz voltee instintivamente, era un chico alto, pelinegro, llevaba puesta una chaqueta negra y unos pantalones de mezclilla ajustados, su aspecto era para temerle, mas aun que a los sujetos que me habían rodeado.

-          Claro que no, ¿tu quien te crees que eres?

-          JA- Soltó de pronto una gran carcajada –Parece que eres nuevo por aquí

-          Vamos Hyung, haz lo que dice y suéltalo

-          Incluso ese sabe quien soy

-          Mmm… ¿Y qué pasa si no quiero soltarlo?

-          ¿En verdad quieres saberlo?... Bueno, qué más da, es bajo tu propio riesgo, luego no digas que no te advertí

Tan pronto como el pelinegro dejo de hablar sentí como era jalado hacia él, todo fue tan rápido que solo alcance a ver al otro sujeto en el suelo sobándose la nariz

-          Te lo advertí

-          ¡Esto no se quedara así! –Grito al tiempo que se levantaba para intentar propinarle un golpe al otro, el cual me soltó para esquivar el golpe y darle uno en el estomago con tal agilidad

-          Creo que no lo has entendido, esto se acaba aquí, ¡Entendiste!

-          Y no obtuvo respuesta audible pues el otro se quejaba en el suelo del golpe dado.

-          El pelinegro se acerco a mí y me tomo de la mano jalándome para que caminara, llegamos a donde estacionan las motos y me soltó para subirse a la suya y ponerla en marcha.

-          Vamos sube, no te haré daño, si quisiera hacerlo no te hubiera salvado de aquellos hombres y me les hubiera unido

-          Yo…- No sabía que responder, si bien era cierto que me había salvado de aquellos hombres aun estaba incierto lo que pasaría después y eso aunado a que su aspecto en verdad daba miedo…que mas daba, a pesar de eso, me sentía protegido a su lado, subí detrás de él en la moto y tan pronto lo hice, me puso un casco y tomo mis manos para las enredo sobre si, arranco la moto y partimos del lugar.